Trastornos del sueño en párkinson

Uno de los síntomas no motores más frecuente en las personas con párkinson son los trastornos del sueño, afectando gravemente a la calidad de vida de los pacientes.

La enfermedad de Parkinson es especialmente conocida por sus manifestaciones de tipo motor, sin embargo, los síntomas no motores son igualmente frecuentes entre los pacientes que sufren esta patología.

Uno de los síntomas no motores más frecuentes en las personas con párkinson son los trastornos del sueño, que afectan gravemente a la calidad de vida. La prevalencia de los trastornos del sueño en pacientes de párkinson se estima entre un 42 % y un 98 %, siendo más comunes en los estadios avanzados de la enfermedad.1

Entre los problemas más comunes se encuentran la fragmentación del sueño, los trastornos respiratorios relacionados con el sueño, el síndrome de las piernas inquietas, trastornos de la conducta del sueño REM, alucinaciones nocturnas y alteración del ciclo sueño-vigilia.2

La fisiopatología de estas alteraciones es compleja, ya que existen diversos factores que condicionan su aparición. Estos pueden agruparse en primarios, es decir, los debidos a la degeneración de estructuras cerebrales implicadas en la fisiología del sueño, y secundarios, aquellos ocasionados o bien por el uso de los tratamientos recibidos o bien por síntomas motores molestos asociados a la enfermedad que perturben de alguna manera el sueño.1

Las fases del sueño: REM y
No-REM3

 

Durante el sueño, se distinguen las etapas No-REM y REM, que se alternan sucesivamente durante la noche. La fase No-Rem se caracteriza por la ausencia de movimientos oculares y se divide, a su vez, en cuatro etapas. Durante las tres primeras se produce somnolencia o adormecimiento y un aumento del tono muscular. La última etapa es la del sueño profundo y el tono muscular se mantiene o puede estar muy disminuido. Esta fase constituye el 75% del sueño total.

 

Por el contrario, en la fase REM se observan movimientos oculares rápidos y se produce atonía, es decir, el tono muscular desaparece. Esta fase constituye un 25% del sueño total.

 

Las fases de sueño No-REM y REM se alternan sucesivamente de cuatro a cinco veces por la noche. En total, la fase de sueño No-REM dura unas 6 horas, frente a las 2 horas que dura la fase REM. Se podría decir que resulta más fácil despertar al sujeto en la fase de sueño REM que en la fase No-REM.

 

A continuación, trataremos individualmente algunos de los trastornos del sueño más comunes que se pueden dar en un paciente con párkinson.


Trastorno de la Conducta del Sueño REM (TCSR)

El trastorno del sueño REM es muy común entre los pacientes de párkinson y se caracteriza por comportamientos motores complejos, a veces violentos y peligrosos, fruto de los sueños vívidos o pesadillas.2 Un tercio de los pacientes con EP presentan este trastorno a lo largo de la evolución de la enfermedad, siendo más frecuente en hombres.1

Parasomnias

Las parasomnias, clínicamente son trastornos de conducta indistinguibles de los del TCSR, pero también ocurren en las fases no-REM del sueño como efecto secundario de los fármacos antiparkinsonianos. Estas se caracterizan por conductas motoras enérgicas o violentas, llegando incluso a la autolesión o agresión al compañero de cama.1

Es común sufrir pesadillas y sueños vívidos desagradables durante la fase REM, que provocan una interrupción del sueño. Los eventos traumáticos, el estrés o el uso de antidepresivos son factores que hacen que el paciente tenga una mayor predisposición a las pesadillas.4

 

Síndrome de las piernas inquietas (SPI)

Se caracteriza por la presencia de sensaciones desagradables en las extremidades, principalmente en las piernas, las cuales generan movimientos para tratar de aliviarlas. Este tipo de síntomas aparecen generalmente al acostarse, cuando el paciente aún está despierto, impidiéndole conciliar el sueño.1

En torno al 80% de los casos, el SPI coexiste con los Movimientos Periódicos de las Piernas (MPP), movimientos involuntarios bruscos de las piernas que ocurren durante el sueño, a veces durante toda la noche. Son más frecuentes durante las etapas I y II de sueño no-REM, disminuyendo durante la fase REM.1

 

Insomnio

¿Por qué las personas con párkinson no duermen? El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en párkinson. Además de por factores primarios, debidos a la degeneración de estructuras cerebrales implicadas en la fisiología del sueño, el insomnio está muy condicionado por factores secundarios, como consecuencia del empeoramiento nocturno de los síntomas motores/no motores o la toma de fármacos.1,2

Para comprender por qué las personas con párkinson tienen problemas para dormir debemos saber que durante el sueño cambiamos de postura cada veinte minutos, aproximadamente. La ausencia de movimientos, llamada acinesia, provoca que el paciente se despierte con frecuencia y durante más tiempo, interrumpiendo el sueño.1

Con frecuencia también se produce distonía off, movimientos involuntarios, muy frecuentemente en los pies, que pueden resultar dolorosos para el paciente y acaban despertándolo. Habitualmente, se da en las primeras horas de la mañana, despertando anticipadamente al paciente.1

Cabe decir que el dolor también puede presentarse de manera independiente a las manifestaciones motoras de la enfermedad de Parkinson. La rigidez típica provocada por la enfermedad puede generar dolor cervical, lumbar, sensación de tensión y dolor en las extremidades. Estas molestias dificultan la conciliación del sueño, ya sea al acostarse o tras un despertar nocturno.1


Sueño y calidad de vida5

Los efectos que generan los trastornos del sueño en los pacientes pueden hacerse presentes en cualquier momento del día o de la noche. Estos pueden generar depresión o ansiedad, por lo que está claro que estos trastornos influyen notablemente en la calidad de vida de la persona con párkinson.

Los problemas durante la noche provocan graves consecuencias en la vida de los pacientes con enfermedad de Parkinson. Una mala calidad del sueño nocturno genera un exceso del mismo durante el día, lo que deriva en fluctuaciones emocionales, baja energía o aislamiento social.

El tratamiento de los trastornos del sueño nocturno debe incluir recomendaciones para la higiene del sueño, tales como:

  • Mantener un ciclo regular de sueño-vigilia.
  • Realizar ejercicio moderado al menos 3 horas antes de irse a dormir.
  • Evitar siestas frecuentes durante el día.
  • Evitar la exposición a luces muy brillantes, especialmente hacia la hora de acostarse.

Diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño 

Para poder tratar los trastornos del sueño resulta fundamental asistir a la consulta con el médico, quien podrá, como profesional, ayudar a definir el tratamiento más idóneo para cada paciente. Para facilitar el diagnóstico, es importante contar con la historia clínica del paciente, de manera que se pueda tener en cuenta información relevante como la medicación tomada o si sufre otras patologías. Igualmente, también será de ayuda el testimonio del compañero de cama o cuidador.6

Por otro lado, para poder confirmar el diagnóstico, será necesario realizar una polisomnografía, una prueba en la que se registra la actividad cerebral durante la noche, así como la respiración, el ritmo cardíaco, la actividad muscular y el nivel de oxígeno en sangre mientras se duerme.7

El uso de cuestionarios también puede ayudar al especialista a detectar un trastorno del sueño, ya que son varias las herramientas validadas, como el Cuestionario de Detección del Trastorno de Conducta del Sueño REM o el Mayo Sleep Questionnaire.6 

En lo referente al tratamiento, será el especialista quien indique qué medidas tomar para lograr una mejor higiene del sueño, así como qué abordaje terapéutico será el más adecuado.

En cualquier caso, un diagnóstico y tratamiento apropiados ayudan a la consolidación del sueño nocturno, a una mejora en el estado de alerta diurno y a conseguir una buena calidad de vida de los pacientes y aquellos que les rodean.


Referencias: 

  1. Clavero P., Rodríguez-Oroz M.C.. Trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento. Anales Sis San Navarra  [Internet]. 2007  [citado  2022  Mar  28] ;  30( Suppl 1 ): 143-153. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272007000200013&lng=es.
  2. Bohnen NI, Hu MTM. Sleep Disturbance as Potential Risk and Progression Factor for Parkinson’s Disease. J Parkinsons Dis. 2019;9(3):603-614. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31227656/#:~:text=Sleep%20disturbances%20are%20common%20and,common%20sleep%20disturbances%20in%20PD.
  3. Velayos J. L., Moleres F. J., Irujo A. M., Yllanes D., Paternain B.. Bases anatómicas del sueño. Anales Sis San Navarra  [Internet]. 2007  [citado  2022  Mar  28] ;  30( Suppl 1 ): 7-17. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272007000200002&lng=es.
  4. Loddo G, Calandra-Buonaura G, Sambati L, Giannini G, Cecere A, Cortelli P, Provini F. The Treatment of Sleep Disorders in Parkinson’s Disease: From Research to Clinical Practice. Front Neurol. 2017 Feb 16;8:42. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5311042/
  5. Havlikova E, van Dijk JP, Nagyova I, Rosenberger J, Middel B, Dubayova T, Gdovinova Z, Groothoff JW. The impact of sleep and mood disorders on quality of life in Parkinson’s disease patients. J Neurol. 2011 Dec;258(12):2222-9. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21614432/
  6. Tekriwal A, Kern DS, Tsai J, et al. REM sleep behaviour disorder: prodromal and mechanistic insights for Parkinson’s disease.Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry 2017;88:445-451. Disponible en: https://jnnp.bmj.com/content/88/5/445
  7. Instituto del Sueño: Polisomnografía

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