El diagnóstico de la Enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico. Se basa en el historial del paciente y familiar, exploración física, evolución de la enfermedad y el grado de mejoría cuando recibe tratamiento dopaminérgico. Además, se pueden realizar pruebas complementarias que permitan confirmar la Enfermedad de Parkinson a la vez que descartar otros trastornos (1). A día de hoy, no existe un biomarcador específico de esta enfermedad, por lo que no se dispone de una prueba diagnóstica definitiva más allá de la autopsia.
La mayoría de los especialistas en trastornos del movimiento consideran como indicativos de la enfermedad (1):
- Presencia de 2 de los 3 síntomas típicos de la enfermedad (acinesia/bradicinesia, rigidez o temblor).
- Respuesta continuada al reemplazo de dopamina tanto por levodopa como por agonistas de la dopamina.
BIBLIOGRAFÍA
1. Nyholm D. The rationale for continuous dopaminergic stimulation in advanced Parkinson’s disease. Parkinsonism Relat Disord. septiembre de 2007;13 Suppl:S13-17.